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Seguramente, te resulta difícil saber cuánto dulce puedes permitir que tu hijo/a coma diariamente y, generalmente, terminas peleando por no dejarle comer las golosinas que quiere, o de lo contrario, caes en debilidad y lo/a consientes dándole dulces para evitar una discusión. Este artículo tiene como objetivo ayudarte a establecer límites y elegir opciones saludables para mantener a tu pequeño/a contento/a y bien alimentado/a.

¿Cuánto dulce está permitido?

Permite que tu hijo/a coma algo dulce al día, en lo posible que forme parte de su postre. Aquí tienes algunos ejemplos de porciones razonables para un niño pequeño:

  • Una barrita de chocolate pequeña
  • Dos galletas dulces
  • Una pequeña porción de helado

Procura acompañar siempre las golosinas con algunos trozos de fruta. Si pide más, debes ser firme y consistente y decirle que mañana puede tener más.

Golosina Saludable

¿Qué postres son recomendables?

Siempre dale postres nutritivos que contengan fruta y uno o más de los siguientes ingredientes: Huevos, leche, yogur y harina. Evita utilizar el postre como una recompensa o un castigo a la comida; esto sólo logrará posicionar el postre en un nivel superior, más importante que una comida normal. Intenta hacerlo parte normal del día de tu niño/a ofreciéndole siempre un postre después de sus dos comidas principales.

La cantidad de postre debe ser consecuente con la cantidad de comida que tu hijo/a coma. Si come sólo dos bocados de pollo y deja el acompañamiento, entonces sírvele una pequeña porción de postre y no le des una segunda ración. De lo contrario, si se come toda su comida, puedes darle una porción más grande de postre. Si te pide más dulces después de comer su postre, ofrécele una fruta si todavía tiene hambre, pero no más dulces.

¿Qué hacer si quiere comer entre comidas?

Si vas a comprar una colación, elige algo nutritivo. Intenta ir después de la comida para que tu pequeño/a no tenga hambre y dile que puede escoger una cosa solamente. Escoge dos o tres alternativas que consideres aceptables y que le gusten, como galletas de arroz, cereales o un plátano, dejándole elegir lo que quiere.

Trata de limitar el número de golosinas que mantienes en casa (por ejemplo, uno o dos tipos de galletas y un solo sabor de helado) y abastécete de diferentes meriendas saludables. Ten en cuenta que algunas meriendas que suenan saludables están llenas de azúcar, como algunas barras de cereales que contienen una gran cantidad de azúcar y muchos jugos de frutas con azúcares añadidos, o endulzantes artificiales.

¿Qué alternativas nutritivas pueden reemplazara los dulces?

  • Frutas frescas o secas, como duraznos, manzanas o peras. Es recomendable darle los frutos secos en horarios de comidas, ya que pueden causar caries.
  • Yogur sin azúcar, mezclado con fruta o una cucharada de mermelada o miel.
  • Batidos hechos con jugo de fruta, leche o yogur y fruta fresca.
  • Tostadas de canela: Pan tostado, untado ligeramente con mantequilla o margarina, espolvoreado con canela y una pizca de azúcar.
  • Pasteles de arroz, untados con queso crema y un poco de mermelada.
  • Una taza de avena caliente, con azúcar moreno o miel.

 

Es muy importante que establezcas límites a tu hijo/a en cuanto al consumo de dulces, sin que éstos se conviertan en algo prohibido. Y es preferible hacerlo ahora cuando aún es pequeño/a, antes de que adquiera malos hábitos que más tarde serán imposibles de modificar.

Jani 2

Alejandra Jiménez

Magíster en Teorías de Aprendizaje de la Lengua Inglesa