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El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo contenido es considerado una norma común de aplicación en cada uno de los países miembros. Las autoridades de estos países deben asegurar el respeto a la dignidad y a los derechos de todo hombre, mujer, niño y niña, “sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.
 
Podemos decir que actualmente, en ámbitos como la educación y el trabajo, además de algunas entidades, se ha logrado mejoras significativas en cuanto a accesibilidad y oportunidades para personas con discapacidad. Sin embargo, aún existen desafíos que debemos trabajar para construir una cultura de todos y para todos.
 
 
 

Inclusión Social

FotografíaMart Production

 

 

El Día Nacional de la Inclusión Social y la No Discriminación se celebra en Chile cada 3 de diciembre, con el objeto de promover una sociedad accesible e inclusiva, de todos y para todos. Esta conmemoración pretende crear consciencia de que en nuestro país hay muchas personas discriminadas y excluidas, cuyos derechos son vulnerados por diversas razones, afectando especialmente a aquéllos en situación de discapacidad, para lograr construir una cultura de inclusión y accesibilidad a nivel nacional.

La presidenta de la Asociación de Mujeres Ciegas y Baja Visión de Chile, María José Vergara, relata que, a lo largo de su vida, ha sido víctima discriminación innumerables veces por ser ciega y ha tenido muchas dificultades para tener acceso igualitario a oportunidades. “Tuve que rogar para entrar a la universidad”, cuenta María Jose, hasta que al fin logró matricularse en la Universidad San Sebastián de Concepción, en la carrera que deseaba. Actualmente, es educadora diferencial y trabaja como profesora en Coalivi, además es docente universitaria y voluntaria en Ingeniosas Biobío. María José valora que hoy en día existan leyes que evitan lo que ella sufrió y permiten que las personas con discapacidad ingresen a la universidad.

Los fundadores de Lense Biobío, José Lazcano (intérprete de lengua de señas) y Eduardo Pérez (instructor de lengua de señas), dicen que es necesario que exista más acceso a la información sobre discapacidad e inclusión, con el objetivo de promover el interés de parte de la población en aprender al respecto. “Creemos que eso significa que vivimos en una generación de personas que están más dispuestas y abiertas a conversar sobre estos temas y dialogar”, señalan.

Si queremos ser una sociedad inclusiva, debemos valorar la riqueza de la diversidad humana, partiendo por cambiar la manera en que miramos a las personas con discapacidad, vale decir, debemos entender que son personas con derechos y deberes y no sujetos de caridad o admiración.

En Chile, las personas con discapacidad aún enfrentan grandes desafíos; uno de ellos es el derecho sexual y reproductivo. Por el hecho de tener una discapacidad, no se le respeta su derecho al erotismo, al placer y a la reproducción, y puede ser víctima de esterilización forzosa, o le pueden quitar a sus hijos.

En el ámbito político, destaca la pequeña representatividad de personas con discapacidad en cargos, siendo ésta de un 4% solamente.

Una persona ciega no goza de igualdad de acceso a la información, ya sea para uso educativo o recreativo, porque las tecnologías y medios digitales no cuentan con formatos legibles para las pantallas especiales para personas ciegas o con baja visión. “Como persona ciega hoy no puedo desde acceder a una noticia relevante hasta a ocio y recreación, porque hoy casi todos son afiches visuales, imágenes o fotos, y son más importantes que la descripción”, afirma María José Vergara.

Asimismo, los comercios, los servicios, los medios de comunicación y los contenidos audiovisuales de Internet, carecen de intérpretes de lenguaje de señas para personas con discapacidad auditiva.

Si bien, en Chile existen políticas públicas orientadas a mejorar el acceso a igualdad para las personas con discapacidad, hay una gran deficiencia en la fiscalización del cumplimiento de ellas. En este aspecto, es necesario establecer la obligatoriedad de dichas políticas.

La inclusión no se trata solamente de involucrar a las personas con discapacidad, sino de incluir a todos. Este cambio de mentalidad es imprescindible para lograr avanzar en la construcción de una sociedad inclusiva. “La inclusión tiene que ver con aceptar, con respeto, con entender las necesidades del otro” plantea José Lazcano.

Todos podemos ser sujetos de discriminación en algún momento, ya sea por nuestro origen étnico, orientación sexual, creencia, o por cualquier otra situación de minoría, no sólo por una discapacidad.

Debemos entender que todos somos diferentes y que esa diversidad es lo que nos enriquece como personas. La inclusión es un beneficio de todos y para todos, que consiste en valorar al ser humano sin importar su condición.

 

«Inclusión social: camino que se recorre distante de la meta, pero con avances».

 

 

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