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¿Qué es la Programación Neurolingüística?

La Programación Neurolingüística (PNL) es un modelo de estrategias de comunicación creado por Bandler y Grinder en la década de los 70, enfocado en identificar aquellos pensamiento que influyen en el comportamiento de un individuo, para mejorar su desarrollo personal. En palabras simples, es la forma en que una persona decide enfrentar los desafíos diarios y metas en el día a día.

 

¿Para qué sirve la PNL?

El modelo establece que los seres humanos funcionamos automáticamente, de acuerdo con ciertos programas instalados en el cerebro desde nuestros primeros años de vida y que jamás cuestionamos, pese a que a veces son perjudiciales. Dichos programas están fuertemente relacionados con el lenguaje, por lo que van evolucionando durante toda la vida.

Gracias a la PNL, aprendemos a organizar nuestros pensamientos para ayudarnos en el desarrollo de nuestra vida en distintos aspectos (emociones, comunicación, condición física, entre otros) y, por lo tanto, alcanzamos excelencia en aquellas áreas que deseamos.

PNL Manejo Estrés

¿Cómo ayuda la PNL en el manejo del estrés?

El estrés es una condición que nos oprime mayormente cuando lo permitimos; no es ocasionado por una realidad, sino por la forma en que interpretamos esa realidad. La PNL nos enseña a indagar e identificar las creencias que nos hacen interpretar la realidad de manera tan abrumadora y pesimista.

Una forma muy sencilla y efectiva de aplicar la programación neurolingüística, es anotar aquellas situaciones que nos ocasionan estrés y preguntarnos cuáles son las creencias que alteran nuestra interpretación de los hechos afectando nuestro bienestar. Cuando nos darnos cuenta de que podemos cambiar esas creencias, los problemas se visualizan desde otra perspectiva y reconfiguramos nuestros programas para encontrar soluciones y alcanzar nuestros objetivos con excelencia.

Desde la perspectiva de la lingüística, el estrés se puede manejar a partir de ciertas expresiones del lenguaje que son de mucha ayuda. Por ejemplo, cambiar «tengo que» por «quiero», cuando nos proponemos alguna meta. La expresión «quiero» implica una decisión, mientras que la otra conlleva una obligación.

 

Cuando te sientas estresado y sobrepasado, recuerda que has entregado lo mejor.

Jani 1

Alejandra Jiménez

Magíster en Teorías de Aprendizaje de la Lengua Inglesa