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¿No te ha pasado que tu hijo mayor te reclama porque le prestas más atención a tu hijo menor? ¿O se queja a menudo porque su hermanito menor invade su espacio o pertenencias? Te presentamos a continuación ejemplos de respuestas inteligentes que puedes utilizar para tranquilizar a tu hijo mayor y ayudarlo a entender el comportamiento de su «molesto» hermanito.

 

1. HERMANO MAYOR: “Por qué vas a tener otro bebé? Yo no quiero a nadie más”.
En lugar de: “Verás cómo quieres al bebé. Vas a tener a alguien con quien jugar”.
Considera: “¿Eso es lo que sientes? Cuéntame más. Luego te diré que tú siempre serás mi único y queridísimo hijo mayor”.

2. HERMANO MAYOR: “¿A quién quieres más?”
En lugar de: “Los quiero a los dos igual”
Considera: “Esa es una pregunta muy difícil porque los dos son especiales para mí. Los quiero a cada uno por ser como son”.

3. HERMANO MAYOR: “¡Ga, ga, gu gu … ua, ua … mamá!”.
En lugar de: “Deja de comportarte como un bebé. Ya eres un niño grande”.
Considera: “¿Quieres jugar a los bebés? Ven, siéntate en mis rodillas para que te acune”.

Hermanos menores

Fotografía: Pixabay

 

4. HERMANO MAYOR: “Siempre le prestas más atención a ella que a mí”.
En lugar de: “¡Eso no es verdad! Te presto atención constantemente”.
Considera: “¿Te gustaría pasar más tiempo conmigo? A mí también me gustaría pasar más tiempo contigo. ¿Quieres que juguemos los dos solos más tarde?”

5. HERMANO MAYOR: “¿Por qué siempre te pones de su lado?”
En lugar de: “Yo no me pongo siempre de su lado, pero a veces tú te comportas muy mal con tu hermanito”.
Considera: “¿Eso crees? ¿Por qué no me ayudas a entender mejor lo que sientes para que pueda ser justa con los dos?”

6. HERMANO MAYOR: “Odio a mi hermana”
En lugar de: “No es verdad; quieres a tu hermana”
Considera: “Algo de lo que ha dicho o hecho tu hermana te ha enojado mucho”.

7. HERMANO MAYOR: “Me gustaría que este bebé no hubiese nacido nunca”.
En lugar de: “¿Cómo puedes decir algo tan desagradable de tu hermanito?”
Considera: “Algunas veces sí que te gusta el bebé, pero ahora no lo quieres aquí. Yo sé que los bebés pueden ser muy molestos a veces, pero cuando sea más mayor y puedas jugar con él te encantará”

 

Cuando tus hijos discutan (y lo harán), debes recordar que la familia dura toda la vida; tú y tus hijos deben saber que esto es lo más importante. “Una cosa que nunca puedes quitarles a tus hijos es su historia compartida”. “Nadie compartió esos años en esa casa con esos padres. Eso será suyo para siempre. A partir de ahí, pueden formar un vínculo muy fuerte” (Adele Faber).

Jani 2

Alejandra Jiménez

Magíster en Teorías de Aprendizaje de la Lengua Inglesa