El autocontrol comienza a desarrollarse, por lo general, en la etapa preescolar. Sin embargo, algunos niños tardan más que otros.
En este artículo, te entregamos algunos consejos que pueden ayudarte a desarrollar en tus hijos la capacidad de controlar sus impulsos y ser pacientes.
Fotografía: Monstera
Los niños en edad preescolar aún no tienen la capacidad de controlar sus emociones e impulsos y, por este motivo, reaccionan con berrinches o enojo cuando no consiguen lo que quieren, o bien, exceso de excitación y ansiedad cuando están muy contentos. El desconocimiento de sus propias capacidades los lleva a perder el autocontrol ante situaciones «extremas» y generalmente suele terminar en malos ratos, frustración y perturbación.
Algunos niños tardan más en aprender a controlarse y tienen problemas frecuentes en la escuela, tanto con sus compañeros como con sus profesores.
Afortunadamente, existen métodos fáciles con los que puedes enseñar a tus hijos a desarrollar autocontrol desde pequeños. A continuación, encontrarás los puntos más importantes que debes considerar y poner en práctica con tus niños:
Aclara sus expectativas: Sé honesto al preparar a tus hijos para una actividad; si se trata de algo no muy interesante (o aburrido), debes avisarles con anticipación para evitar que se formen falsas expectativas y luego se encuentren con sorpresas desagradables. Por ejemplo: “Vamos a visitar a la abuela. ¿Por qué no traen algunos juguetes para que no se aburran mientras ella y yo conversamos?”; “Sus primos vendrán hoy a visitarnos. Podrían guardar los juguetes que son especiales para ustedes y así pueden jugar todos juntos con los demás juguetes”.
Identifica sus emociones: Puedes evitar algunos episodios críticos si enseñas a tus hijos a reconocer sus emociones. Cuando tus niños experimenten sentimientos fuertes, enséñales a identificar esos sentimientos con un nombre. Por ejemplo: “Recuerdas ayer cuando te enojaste porque no te compré dulces?”; “Estabas muy triste cuando tu hermano no te dejó jugar con su juguete”.
Enséñales el lenguaje de autocontrol: Es recomendable que tus niños aprendan desde pequeños a usar un lenguaje que demuestre autocontrol y los ayude a ser más racionales en su comportamiento. Enséñales frases como: “¿Me puedes prestar ese juguete?”; “Sí, puedo prestártelo”; “Está bien, voy a esperar mi turno”; “Me gustaría ahora, pero esperaré hasta más tarde”.
Juega al autocontrol: Los niños pequeños aprenden mejor a través del juego. Utiliza tácticas de autocontrol que para tus niños parezcan juegos. Por ejemplo, en el supermercado diles que deben quedarse «congelados» hasta que tú menciones una palabra específica. Esto los ayuda a mantenerse tranquilos y pensar antes de actuar.
Establece un lugar especial de descanso: Es importante que prepares un espacio confortable y tranquilo en tu casa, en el cual tus hijos puedan calmarse cuando las cosas se salen de control. Puedes arreglar un rincón o un sillón con sus cojines y peluches favoritos, de manera que se sientan cómodos y acogidos. De esta forma, aprenderán que cuentan con un lugar especial al cual acudir cuando se sientan afligidos.
Utiliza refuerzos positivos: Los niños pequeños aprenden a realizar las tareas con mejor disposición cuando saben que tendrán una recompensa al hacerlas. Lo mismo sucede si premias a tus hijos cada vez que muestren autocontrol. Por ejemplo, si dejan de jugar para poner la mesa cuando se lo pides, puedes premiarlos dejándoles elegir el postre.
Elogia a tus hijos: Cuando tus hijos muestren autocontrol, diles. Los elogios de parte de los padres son fundamentales para los niños; es increíble lo orgullosos que se sienten cuando ven que son capaces de controlar sus emociones y comportamiento. Utiliza frases como: “Gracias por haber esperado que yo terminara la llamada para hablarme», o «te felicito por haber esperado tu turno pacientemente”.
A veces, el autocontrol no se adquiere de manera natural, entonces, debes ayudar a tus hijos a aprender a mantener bajo control sus emociones y conducta.
El autocontrol es esencial para que los niños cultiven amistades y desarrollen sus habilidades.
Elogia a tus hijos cada vez que demuestren autocontrol. Esto favorecerá su autoestima y fomentará su perseverancia.