El 26 de septiembre, en varios países se celebra el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes. La idea surgió el año 2003 en Uruguay, ante la enorme cantidad de niñas embarazadas en edad escolar.
La instauración de esta celebración tiene por objetivo reconocer a nivel mundial la tremenda responsabilidad que significa para una persona traer un hijo al mundo. La adolescencia es una etapa de la vida en la que un embarazo es bastante inoportuno, ya que cambia completamente el rumbo de vida de la adolescente, poniendo en riesgo su salud, su educación y su futuro en general.
Fotografía: Pavel Danilyuk
Estadísticas
Tres de cada cien adolescentes en el mundo se embarazan por lo menos una vez antes de cumplir 20 años y alrededor de un 30% de estos embarazos adolescentes terminan en aborto.
Como si esto fuera poco, las estadísticas muestran que después del primer embarazo, cerca de un 20% de las adolescentes vuelven a embarazarse antes de terminar la adolescencia, ya que los factores de riesgo persisten.
En América Latina y el Caribe, la mortalidad materna es una de las tres principales causas de muerte en adolescentes de 15 a 19 años. El riesgo de muerte en adolescentes menores de 15 años es tres veces mayor que en mujeres mayores de 20 años.
Impacto de un embarazo adolescente
En América Latina y el Caribe, la tasa de fecundidad en adolescentes es inaceptablemente alta y, a su vez, las niñas de más bajo estrato económico son quienes tienen menos escolaridad y más altas tasas de embarazo en la adolescencia.
El embarazo durante la adolescencia afecta profundamente la trayectoria de vida de las jóvenes. Además de repercutir en el desarrollo psicosocial de las niñas, impacta su salud y la de sus hijos. También tiene efectos negativos en las oportunidades de educación y de trabajo, derivando en pobreza y salud precaria que perpetúa a través de las generaciones.
Las madres adolescentes enfrentan un riesgo mayor de tener endometriosis puerperal e infecciones sistémicas, mientras que sus bebés enfrentan más riesgo de nacer prematuramente y presentar trastornos neonatales graves.
Prevención del embarazo en la adolescencia
La educación sexual integral ayuda a evitar un primer embarazo en la adolescencia. La anticoncepción inmediata post evento obstétrico permite que no se repita el primer embarazo, reduciendo el riesgo de mortalidad materna e infantil y la pobreza y exclusión social.
Es fundamental que las escuelas apoyen educando a los adolescentes y ofrezcan orientación y confidencialidad a quien la necesite, para así ayudar a reducir el número de casos de niñas embarazadas.
La educación, la confianza y la planificación son claves para prevenir el embarazo en edad adolescente.