La muerte es uno de los temas más difíciles de abordar con un niño pequeño, especialmente cuando intentas superar tu propia tristeza. Sin embargo, es parte inevitable de la vida y los niños quieren entenderla y encontrar su propia forma de enfrentar la pérdida de un ser querido.
La mayoría de los niños en edad preescolar saben acerca de la muerte desde muy pequeños. Escuchan hablar de ella en cuentos de hadas y en la televisión, o ven insectos muertos en la calle. Algunos niños ya han vivido la muerte de una mascota o de un familiar.
¿Cómo explicar la muerte a tu hijo/a?
- No evites sus preguntas: Es normal que tu hijo/a muestre curiosidad acerca de la muerte, incluso si no ha muerto un ser querido. Responde sus preguntas y no temas leerle cuentos que aborden el tema. De hecho, hablar de la muerte cuando no está sucediendo en la familia, es una buena forma de ayudarle a entender cuando suceda.
- Dale respuestas breves y sencillas: Los niños pequeños no pueden manejar demasiada información, por lo que es mejor explicar la muerte como una función física que se detuvo, en lugar de explicacar una determinada enfermedad: «El tío Juan ha muerto porque su cuerpo dejó de funcionar. No puede caminar, correr, o comer, pero ya no siente dolor». Si el tio estaba enfermo antes de morir, asegura a tu hijo/a que si se enferma, no significa que vaya a morir. Explícale que la gente se enferma de maneras diferentes.
- Expresa tus propias emociones: Guardar luto es un proceso importante para superar la muerte, tanto para niños como para adultos. No te muestres exageradamente triste, pero tampoco ignores el tema. Explícale que los adultos a veces también necesitan llorar y que estás triste porque extrañas a la abuela. Tu hijo es muy consciente de tus cambios de humor y se preocupará más si siente que pasa algo, pero intentas ocultarlo.
- Evita eufemismos: Las frases comunes de los adultos acerca de la muerte («descanse en paz» o «sueño eterno») resultan confusas para un niño, así que no digas que el fallecido está «durmiendo», o que «se ha ido». Tu pequeño/a puede pensar que cuando se acueste por la noche también se puede morir, o que si te vas al trabajo, no volverás. Explica la razón de la muerte de la forma más simple posible: «El abuelo murió porque estaba muy enfermo y su cuerpo ya no pudo más». Pero hazle ver que el abuelo tenía una enfermedad grave.
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- Ten cuidado cuando hables de Dios y del cielo: Naturalmente, esto dependerá de tus creencias religiosas. Sin embargo, para un niño de esta edad, los conceptos son confusos. Decirle a tu hijo/a que «Dios siempre se lleva a los mejores con él» le puede hacer pensar que no es merecedor, o puede ocasionar que tema portarse bien. Decirle que Dios se lo quiso llevar puede causarle temor. O decir que la persona que murió está feliz en el cielo, puede hacer que piense: ¿Cómo puede estar feliz si aquí todos están tristes? Decir algo genérico como «estamos tristes porque la tía ya no está con nosotros y la extrañaremos mucho, pero es bueno saber que ahora está con Dios», reconfortará a tu hijo/a sin agregarle más preocupaciones.
- Prepárate para diferentes reacciones: Debido a que los niños de corta edad creen que el mundo gira en torno a ellos, pueden pensar que algo que hicieron o dijeron fue la causa de la muerte. Asegúrate de que tu hijo/a sepa que no es así. Podría también reaccionar con enojo hacia los médicos, enfermeras e incluso hacia la persona que murió. Quizás haga más berrinches que antes; son también una forma de canalizar su frustración.
- Ten en cuenta que el tema surgirá repetidamente: Prepárate para responder las mismas preguntas de tu hijo/a una y otra vez, ya que comprender la permanencia de la muerte le resulta difícil. También es posible que te haga nuevas preguntas, según vaya aumentando su comprensión y mejoren sus habilidades cognitivas. No pienses que no le explicaste bien la muerte la primera vez.
- Recuerda al fallecido: Los niños necesitan mostrar su luto por la pérdida de un ser querido. A esta edad, tu hijo/a seguramente no está preparado/a para asistir a un funeral, pero si quiere hacerlo explícale antes cómo lucirá la persona fallecida, cómo es un ataúd y qué se hace en los funerales. Si decides no llevarlo/a, pueden prender una vela en la casa, cantar una canción, hacer un dibujo, o soltar al aire un globo. También le ayudará que le recuerdes la buena relación que tenía con la persona que ha fallecido: «¿Recuerdas cuando tú y la abuela iban a recoger fresas? Lo pasaban tan bien juntos.»
- Habla del aborto espontáneo: Si has sufrido un aborto espontáneo, seguramente pasarás por un período de luto. Pero quizás te sorprenda que tu pequeño/a también esté disgustado, aunque su comprensión del embarazo todavía no sea muy nítida. Es posible que se sienta culpable, o que esté disgustado/a por haber perdido su rol de «hermano/a mayor», para el cual le estabas preparando. Deja que le diga adiós, fabricando un regalo especial para el bebé, o un dibujo.
- No le restes importancia a la muerte de una mascota: Para muchos niños, éste es el primer contacto con la muerte y puede ser un evento muy trágico para ellos. Un perro o gato a menudo es el primer amigo de un niño, y le ofrece amor y compañía incondicional, y le hacía sentir responsable. No le digas «Canito está feliz en el cielo, no estés triste», porque le estás enseñando que sentirse triste es inapropiado, es mejor que saque sus sentimientos.
- Ayúdale a reaccionar ante las noticias de un desastre natural o una guerra: Tu hijo/a posiblemente no se fije mucho en las noticias de los medios de comunicación acerca de desastres naturales o guerras. Pero sí se fijará en que te ves triste o con miedo, y es muy posible que escuche a otros niños hablar de estos temas. Asegúrale que estás ahí para cuidar de él/ella y que harás lo posible por salvaguardarle y que esas cosas pasan lejos.
- Esfuérzate por que tu pequeñito/a recupere la normalidad en su vida: No abandones por completo la rutina habitual de tu hijo/a, ya que la rutina le da una sensación de seguridad. Necesita irse a la cama a su hora habitual, levantarse a tiempo, comer a sus horas y si participa en grupos de juego, interactuar con sus amiguitos habituales y pasarlo bien.
- No intentes ser perfecto: Si estás muy triste por una muerte reciente, no siempre podrás responder todas las preguntas, perfectamente y a la primera. Pide a amigos y familiares que te ayuden y recuerda que cuanto más te ayudes a ti mismo a procesar tu pérdida, mejor preparado estarás para ayudar a tu hijo/a, ahora y más adelante.
- Consigue ayuda: Si tu hijo pequeño/a parece tener demasiada dificultad con una muerte, por ejemplo, si muestra temor por irse a dormir, o parece deprimido/a, habla con su médico; tal vez te aconseje alguna terapia.
Alejandra Jiménez
Magíster en Teorías de Aprendizaje de la Lengua Inglesa